La Masseria se encuentra a 50 metros sobre el nivel del mar y es el resultado de la recuperación de una antigua finca que se extiende sobre tres hectáreas de olivar, huerto y tierra cultivable, en uno de los lugares más bellos del Alto Salento (Puglia), en los límites de la Reserva Natural de Torre Guaceto, en la última cresta... Ver Más

La Masseria se encuentra a 50 metros sobre el nivel del mar y es el resultado de la recuperación de una antigua finca que se extiende sobre tres hectáreas de olivar, huerto y tierra cultivable, en uno de los lugares más bellos del Alto Salento (Puglia), en los límites de la Reserva Natural de Torre Guaceto, en la última cresta del Murge entre perfumes de lavanda e hinojo silvestre.

El interior presenta los elementos clásicos mediterráneos: toba, madera, suelos de piedra, referencias al mar y a la vida rural. En las estancias predominan los colores glicina, azul, ocre y verde; se presta especial atención a los pequeños detalles, sencillos pero bien cuidados.

Para mimar aún más a los huéspedes, el establecimiento también permite el check-in y el check-out en horarios muy diferentes a los habituales, por un pequeño coste adicional, de las siguientes formas:

Check-in anticipado: 35,00 euros por habitación a partir de las 11:00 horas.
Salida tardía: 35,00 euros por habitación hasta las 12:00 horas.
Check-in anticipado con piscina: 50,00 euros por habitación a partir de las 09:00 horas
Salida tardía con piscina: 50,00 euros por habitación hasta las 17:00 horas.

La instalación toma el nombre del espléndido panorama que se puede contemplar mirando la maravillosa costa; desde las terrazas se puede descubrir, acariciado por el viento, uno de los paisajes más bellos de la costa del Salento, el mar de Torre Guaceto y los olivos centenarios.

El jardín se extiende a lo largo de un camino desordenado, ideal para perderse entre los colores de las buganvillas y los granados con la llamada de Clara, Olivia, Nina y Alberto en la distancia. Nuestro jardín es un lugar donde la emoción del descubrimiento se ve atenuada por la armonía de los olores, los colores y las referencias, en el contraste de los opuestos, como lo rural que se opone a lo moderno, lo majestuoso que se opone a lo elegante y lo agradable que se posiciona frente a lo melancólico.

Situado en una terraza natural , disfruta tanto de la fantástica vista al mar como de los olivos que, descendiendo hasta la llanura, invitan al relax. En verano, la zona de la piscina está abierta de junio a octubre; la piscina tiene 160 cm de profundidad y dispone de una zona de hidromasaje que incitará incluso a los más perezosos a acurrucarse en el agua.
La zona de relax circundante, con tumbonas, invita a los huéspedes a tomar el sol.

El Granero: Además de todas las bellezas, están Clara, Olivia, Alberto, Vittoria y la pequeña Nina, como compañeras de viaje de los dueños, mediadoras de emociones, las más sociables de todo el país, siempre listas para un paseo o un aseo.
¿Por qué el burro? El burro es el descubrimiento del paisaje, el retorno a una escucha lenta, dócil, reflexiva. La Granja organiza actividades con burros , jornadas de peluquería, paseos por el campo, cosechas de olivos .
Con los burros como narradores, cada rincón del territorio se convierte en un momento de exploración y conocimiento en los caminos rurales aún existentes.

La finca se caracteriza por un pequeño huerto , cultivado según métodos biológicos sin ningún uso de fertilizantes químicos ni pesticidas sintéticos: ciruelas, albaricoques, moras, cerezas, peras, higos, son los ingredientes orgánicos de las inevitables mermeladas de su desayuno.
El estiércol de los burros es el único abono natural utilizado, y sólo la cortadora y el tractor son el herbicida natural.

En el olivar de la finca hay unos 140 árboles, en parte olivos viejos, viejos árboles gigantes de formas retorcidas, que fácilmente se podían encontrar, en el pasado, confundidos entre la vegetación o en cultivos domésticos.
El producto no sólo se utilizaba como alimento, sino también como combustible para iluminar o incluso como medicamento. Es indudable que el cuidado de un olivar secular es más crítico que el de un olivar joven, pero la calidad del producto oleícola es tal que compensa tanto esfuerzo.

La Cocina del Campesino no es un restaurante sino un lugar de convivencia, de talleres de cocina artesanal , de experimentación, de encuentros, de charlas, de salidas y de regresos.
La convivencia durante las comidas es un placer universal: aquí los invitados almuerzan todos juntos y María siempre tiene cuidado de abrazar a sus invitados, a menos que la hermosa vista desde la terraza los distraiga demasiado.

NB El restaurante no abre todas las noches y es necesario reservar con antelación.